El crecimiento se está desacelerando en las grandes economías avanzadas, dijo hoy la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), que además resaltó el continuo deterioro del panorama en Estados Unidos y Gran Bretaña, mientras que acotó también que la economía alemana está perdiendo impulso.
Puntualmente, el organismo dijo que su principal indicador mensual, una medición diseñada para marcar puntos de inflexión en la economía mundial, mostró señales de estabilización en China, India y Francia.
“Los principales indicadores compuestos siguen apuntando a una desaceleración del crecimiento en Estados Unidos, el Reino Unido y Japón, con un panorama similar previsto ahora en Alemania e Italia”, resumió la OCDE en un comunicado.
“En India y Francia, el impulso del crecimiento se está estabilizando. También están surgiendo señales de estabilización en el crecimiento en China y Canadá”, agregó, según un cable de Reuters.
En un índice donde 100 representa el promedio a largo plazo, la OCDE dijo que la lectura para los países que pertenecen a la organización como un todo bajó a 99,6 en febrero desde 99,7 el mes previo.
La economía de la zona euro permaneció en 100,5 en su más reciente revisión de condiciones, con el indicador para Francia estable en 100,9, aunque para Italia bajó a 100,7 desde 100,8.
La lectura para Estados Unidos bajó a 98,9 desde 99,0, mientras que la del Reino Unido se redujo a 99,1 desde 99,2. El indicador para Alemania cayó a 99,7 desde 99,8.
La medición para China marcó 98,4, sin cambios respecto al mes previo, mientras que para Brasil se mantuvo en 97,7 y de Rusia se estabilizó en 98,2.
Mucha tela para cortar
Entrevistados en conjunto por la CNN, la actual presidenta de la Fed, Janet Yellen, y los ex presidentes Ben Bernanke, Alan Greenspan y Paul Volcker, coincidieron días atrás en que la economía de USA está “sólida”.
“El hecho de que hemos estado en siete años de recuperación no significa que sea tiempo de una nueva recesión, en absoluto”, dijo Bernanke, quien además aseveró que no cree que haya un riesgo mayor de una recesión este año que el que normalmente existe.
Por su parte, Yellen reiteró que su preocupación principal pasa por la salud del resto del mundo. Dijo que Estados Unidos está “sufriendo por el lastre de la economía global”, algo que no sorprende y que incluso la propia funcionaria viene diciendo en sus últimas comparecencias.
Recordemos que la FED tenía pensado subir las tasas cuatro veces en 2016, desde el ajuste inicial efectuado en diciembre. No obstante, las turbulencias sufridas por los mercados a inicios de año hicieron que la entidad replanteara su estrategia, para apuntar ahora a dos subas nomás.
Los ex presidentes de la Fed fueron aún más contundentes acerca de sus preocupaciones. Para Bernanke, es el Congreso, especialmente si otra recesión llegara a golpear. “Cuando el banco central se queda sin municiones o el nivel de municiones es bajo, la política fiscal tiene un papel que desempeñar”, dijo.
Greenspan, por su parte, afirmó que el mayor problema es que la productividad no está creciendo en Estados Unidos, o en gran parte del mundo desarrollado.
“Creo que el principal problema que existe es esencialmente la cuestión de que el crecimiento de la productividad en el espectro de todas las economías ha sido por debajo del 1% anual durante los últimos cinco años”, sintetizó.
Dentro de este contexto, para Greenspan la solución no es que el gobierno gaste más, sino que las empresas inviertan más.
A su vez, Volcker, quien se desempeñó como presidente de la Fed de 1979 a 1987, sostuvo que las economías suben y bajan, y eso es natural. Y si bien no cree que haya una burbuja, sí admitió que piensa que hay “aspectos del mundo financiero que están sobreextendidos”.
Se refirió a las partes del sistema financiero que no contribuyen a la productividad. Y aunque no dijo explícitamente cuáles son, parecía estar haciendo alusión a ciertas actividades de los fondos de cobertura.