Soros compara la economía China con la de EEUU en 2007-2008

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El multimillonario financista, George Soros, dijo que la economía alimentada por la deuda de China se asemeja a la de los Estados Unidos en el período 2007-08, antes de que los mercados de crédito se estancaran y dispararan una recesión a escala global.

Las cifras del crecimiento del crédito en China durante marzo deben considerarse una señal de alerta, dijo Soros, el pasado miércoles en un evento de Asia Society celebrado en Nueva York.

Al expandirse, el crédito nuevo en la segunda economía más grande del mundo alcanzó los 2,34 billones de yuanes (USD 362.000 millones) el mes pasado, lo que sobrepasa el pronóstico promedio de 1,4 billones de yuanes de un estudio de Bloomberg y sugiere que el gobierno está dando prioridad al crecimiento por sobre la contención de la deuda.

Lo que sucede en China “guarda un extraño parecido con lo que ocurrió durante la crisis financiera de 2007-08 en los Estados Unidos, alimentado de igual modo por el crecimiento del crédito”, dijo Soros. “En gran medida, el dinero que suministran los bancos es necesario para mantener las deudas incobrables y para que sobrevivan las empresas que registran pérdidas”.

Soros, que amasó una fortuna de USD 24.000 millones mediante hábiles apuestas en los mercados, últimamente se ha visto involucrado en una guerra verbal con el gobierno de China. En enero, en el Foro Económico Mundial reunido en Davos dijo que había venido apostando en contra de las divisas asiáticas, ya que le parecía “prácticamente inevitable” que se produzca un aterrizaje abrupto en China. En un editorial, la agencia
noticiosa estatal china Xinhua desestimó su afirmación, recordando que había formulado varias predicciones similares en el pasado.

La economía de China aceleró su ritmo en marzo con el crecimiento de crédito nuevo, lo que contribuyó a una recuperación en el sector inmobiliario. El valor de las viviendas en las ciudades de primera línea subió en forma significativa, con un aumento del 62 por ciento en un año en el precio de las casas nuevas en Shénzhen. Mientras los bienes raíces de China permanezcan en una burbuja, el país puede autoalimentarse durante un tiempo, al igual que sucedió en los Estados Unidos en 2005 y 2006, manifestó Soros.

“El daño mayor tuvo lugar en los años posteriores”, dijo Soros. “Es un ciclo parabólico”. Andrew Colquhoun, jefe de títulos soberanos de Asia y el Pacífico en Fitch Ratings, también está preocupado por el retorno de China al otorgamiento de préstamos.

Eventualmente, lo mismo que ha estado impulsando la recuperación económica podría acabar por desmoronarla, porque China alimenta deuda a un punto que ya es insostenible, dijo en un reportaje en Nueva York.

Fitch califica la deuda soberana de la nación como A+, la quinta categoría más alta, un nivel por debajo que Standard & Poor’s y Moody’s Investor Service, dos organizaciones que desde marzo interrumpieron sus análisis sobre China.

“No sé si llamarlo estabilización o no”, dijo Colquhoun. “Desde una perspectiva crediticia, estaríamos más cómodos si China mostrase una marcha más pausada. Estamos perdiendo la confianza en el compromiso del gobierno de realizar reformas estructurales”.

Sin embargo, no todos están de acuerdo. La preocupación de que los niveles de deuda de China representen un riesgo sistémico es exagerada, y la flexibilización de las políticas no ha exacerbado hasta ahora la sobrecapacidad, decían en una nota del jueves pasado los economistas de HSBC Holdings Plc, encabezados por Qu Hongbin.

La salida de capital de China es un fenómeno creciente impulsado por la campaña anticorrupción del país, que asusta a la gente y la lleva a extraer el dinero, dijo Soros. Si bien las reservas de China crecieron en USD 10.300 millones en marzo para alcanzar los USD 3,21 billones, bajaron USD 517.000 millones con respecto al año pasado.

“Existe una clara urgencia por diversificar, por retirar el dinero del país”, dijo Soros.

Fuente: Bloomberg

 

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