En lo que a los drivers respecta, los inversores volverán a seguir de cerca a la nueva temporada de resultados americanos.
Será la correspondiente al primer trimestre del año, y claramente, servirá para contraponer las valuaciones actuales con los fundamentals, con las expectativas de recortes de impuestos y estímulos económicos –prometidos por Trump- como escenario de fondo.
¿La perlita? Ya no será Alcoa la que de el puntapié inicial, sino serán los bancos. Así, este jueves se conocerán las cifras de JMP, Citi y Wells Fargo, entre otras.
Según FactSet, se espera que las empresas integrantes del S&P500 pesenten sus mejores resultados desde 2011, con una suba de casi 10% en los beneficios.
Como decíamos al inicio, los inversores apuestan por que las medidas prometidas por Trump (recortes de impuestos, menos regulación, más gasto militar o planes de gasto público para la reconstrucción de infraestructuras) den inicio a una nueva edad de oro.
Recordemos que el triunfo del republicano fue el comienzo del rally alcista para el principal índice bursátil estadounidense, el Dow Jones, que pasó desde los 18.000 puntos de principios de noviembre, durante la era Obama, hasta los 22.600 actuales.
Incluso, los problemas en torno a la nueva presidencia no parecen haber atenuado la ola compradora en Wall Street, dentro de un escenario que dista de ser el ideal.
Trump no logró forzar a los propios compañeros del Partido Republicano para que votaran a favor de una ley para sustituir la ley de salud conocida como Obamacare, mientras que por otro lado, acaba de lanzar un ataque contra Siria, lo que puede provocar aún más inestabilidad en la región y tensiones con Rusia e Irán.
No obstante ahora llega la temporada de presentación de resultados corporativos, y se prevé que sean realmente buenos.
Puntualmente, se espera que los ingresos crezcan un 7% en el primer trimestre, lo que se suma al mencionado 9% de suba en los beneficios. Esto supone el mayor salto en cinco años. Es decir: hubo crecimientos similares bajo Barack Obama, por lo que no se puede decir que Trump haya conseguido algo exclusivo. Pero queda demostrado que, al menos por el momento, Trump no es malo para la américa corporativa.
Los precios del petróleo, a su vez, rebotaron desde sus mínimos de 2016, y eso ayuda a un sector importante de las empresas estadounidenses, las propias petroleras y las energéticas en general que suponen más de un tercio de las ganancias proyectadas para el S&P 500, explica FactSet.
Durante el año pasado, el S&P 500, según The Wall Street Journal, mantuvo una mala racha de cinco trimestres de caídas. Pero a lo largo de 2016, la suba de salarios y la confianza del consumidor treparon a un máximo de 16 años, y ahí siguen.
El empleo, en tanto, sigue el curso en que lo dejó Barack Obama: fuerte y subiendo, a pesar del flojo informe de empleo del viernes pasado, el cual mostró que en marzo, el ritmo de generacion de empleo se ralentizó y sólo se activaron 98.000 nuevos empleos, menos de la mitad de lo esperado por los analistas de Bloomberg. Sin embargo, la tasa de desempleo de USA bajó en el tercer mes del año hasta 4,5 %.
El dato es el tercero de desempleo bajo la presidencia de Donald Trump, y supone un descenso de dos décimas respecto al 4,7 % del mes anterior y es el menor registro en diez años.
*** Con información de Bloomberg, MarketWatch, FactSet, Reuters