Las materias primas volvieron a estar a la defensiva durante la semana pasada. Los metales preciosos estuvieron bajo presión, ya que el dólar alcanzó el máximo de siete semanas frente a un grupo de divisas importantes.
Las minutas del mes de abril del Comité Federal de Mercado Abierto fueron publicadas la semana pasada y la Reserva Federal dio a entender que una suba de tasas en junio podría estar por venir, si los acontecimientos del mercado lo permiten.
Como consecuencia, la probabilidad de una suba de tasas en junio saltó de un 4% a casi un 30% en cuestión de días.
La fortaleza del dólar y la posterior debilidad del mercado forzaron algunos ajustes en las posiciones de los traders especulativos, tal como los hedge funds. A comienzos de mayo, habían acumulado una posición larga neta de más de un millón de lotes de futuros en 13 materias primas importantes.
El sector de la energía logró hacer caso omiso al impacto negativo de un dólar más fuerte, con múltiples e importantes interrupciones en la demanda en todo el mundo que atrajeron la mayor parte de la atención.
En tanto, los metales preciosos operaron más débiles, conducidos por metales menores y menos líquidos. Las preocupaciones por el impacto de las tasas de EE.UU. más altas de lo esperado sobre la demanda de inversión desencadenaron lo que se podría denominar como una saludable y larga corrección en el mercado.
Los metales industriales operaron más bajos, a excepción del aluminio. El cobre alcanzó el mínimo de tres meses por las preocupaciones de que la suba de tasas de interés en USA y las preocupaciones por la demanda en China afecte a la demanda de los dos consumidores más importantes del mundo.
Los metales preciosos, liderados por el paladio, y la plata sufrieron el mayor contratiempo, ya que las perspectivas de una mayor velocidad de suba de tasas en EE.UU. desencadenaron una toma de ganancias. El oro operó más flojo por tercera semana consecutiva y, sin dudas, la reciente debilidad atrajo ventas cortas tácticas por parte de los inversores pesimistas, ahora cada vez más frustrados por la falta de una corrección adecuada tras la subida repentina a comienzos del año.
No obstante, si acortar el oro valdrá la pena a esta altura, continúa siendo una gran incógnita. Mientras que el metal amarillo cayó alrededor de un 3% este mes, la demanda de oro a través de productos negociados en bolsa aumentó un 4%.
Las posesiones totales de ETPs respaldados por oro físico, de acuerdo con los datos de Bloomberg, alcanzaron las 1.833 toneladas, el máximo de 2 años y medio. Ver cómo la demanda de inversión sube a medida que el precio cae indica que los recientes compradores están mirando las perspectivas a largo plazo en lugar de desalentarse por la adversidad en el corto plazo.
Los inversores oportunistas se desilusionaron por la falta de avances del oro, a pesar de la fuerte demanda continua por parte de los inversores institucionales y minoristas a través de productos negociados en bolsa. Mientras tanto, los vendedores cortos se frustraron por la falta de corrección después de una recuperación tan fuerte.
Otros abandonaron la espera de una corrección e ingresaron al oro en lo que ahora parecen ser niveles incómodamente altos, por encima de los 1.280 dólares la onza. La reducción de estas posiciones seguramente jugó un papel importante en la debilidad que se vio esta semana.
A pesar de un dólar más fuerte y un precio de la acción más débil, la demanda del metal dorado a través de futuros y ETPs fue particularmente fuerte en mayo. Esto indica que la redistribución en el oro continúa, y sigue siendo relativamente indiferente a las fluctuaciones del precio en el corto plazo.
Sin embargo, el renovado enfoque en la suba de tasas ahora probará la fortaleza de esta demanda subyacente.
Con alrededor de dos tercios de la deuda gubernamental mundial operando con rendimientos negativos o muy bajos, y con señales de que la inflación puede comenzar a retornar, la demanda de oro mencionada anteriormente parece ser justificada.
Desde febrero, el oro se estableció en un rango de negociación, actualmente entre los USD 1.228 y USD 1.310 la onza.
Una mayor debilidad podría desafiar el soporte, pero se necesitaría una ruptura por debajo de los 1.205 dólares para que sea bajista.
El crudo centrado en las interrupciones en la oferta
Los incendios en Canadá, la agitación y evacuación de las instalaciones de perforación en Nigeria, el mal manejo político y económico en Venezuela, y los continuos problemas en Libia probablemente ayudaron a eliminar más de 2,5 millones de barriles de producción diaria del mercado mundial durante las últimas semanas.
Hace unos años, interrupciones a esta escala fácilmente hubieran enviado el precio al alza durante más de un trimestre. Sin embargo, ahora probablemente añadieron menos del 10% al precio.
Esto evidencia el impacto del exceso de oferta a nivel mundial creado desde 2014. Asegura, y continuará asegurando, que ninguna refinería o cliente se quedará sin suministros en medio de estas dificultades.
La debilidad del dólar que se vio hasta el comienzo de este mes ayudó a dar soporte a la fuerte recuperación de los mínimos de varios años de enero y febrero. La conservadora acta del FOMC, que sirvió para conducir al dólar al alza, solo logró afectar negativamente los precios del petróleo en menos de un día.
El enfoque del mercado actualmente se encuentra en estas dificultades en la demanda, que, sin ellas, el petróleo hubiera operado a la baja.
Por el contrario, nos enfrentamos a un mercado de petróleo donde la brecha diaria entre la demanda y la producción, provisoriamente, ha desaparecido. Desencadenó un renovado ataque a la marca psicológica de los 50 dólares el barril, un precio que actúa como imán, pero también como línea invisible que los traders tienen cuidado de no pasar.
Mientras que los futuros a junio de crudo WTI alcanzaron un máximo de USD 48,95 el barril, el precio medio al que los productores cubren su producción del 2017 ha alcanzado casi los USD 51 el barril. Por lo tanto, el mercado puede no estar listo para moverse hacia los 50 dólares por miedo a qué hará al proceso de reequilibrio.
A todo esto, el úlitmo informe semanal de inventarios de EE.UU. presentó datos mezclados, con un sorprendente aumento de los inventarios, contrario a la temporada, compensado por una fuerte demanda fenomenal de gasolina. La demanda implícita de gasolina de EE.UU. actualmente está a niveles más altos de lo que se vio durante el pico de la temporada automovilística el verano pasado.