El Comité de Política Monetaria del Banco de Inglaterra (BoE) dejó cambios las tasas de interés en 0,25%, así como su programa de compra de activos, que asciende a 60.000 millones de libras esterlinas (71.500 millones de euros), y alcanza así un volumen de 435.000 millones de libras (518.389 millones de euros), de los que continuará destinando 10.000 millones de libras (11.830 millones de euros) a la compra de deuda de empresas.
El organismo eligió no modificar sus tasas, incluso a pesar de que la tasa de inflación interanual de Reino Unido arrojó una lectura de 2.9% en agosto,tres décimas por encima del nivel registrado en julio, lo que la ha llevado de vuelta al nivel alcanzado en mayo.
Dentro del Comité, dos miembros votaron a favor de subir las tasa en 25 puntos básicos mientras que los otros siete miembros se inclinaron por mantener la política monetaria intacta, como ocurriera en la anterior reunión de política monetaria.
Por otro lado, el Comité volvió a insistir en la excepcionalidad de las circunstancias actuales, producto de la decisión del pueblo británico de abandonar la Unión Europea. Ante este contexto de cambio, la libra esterlina sufrió una depreciación relevante respecto al resto de grandes divisas. Esta situación podría suponer que la inflación del Reino Unido supere el objetivo del 2% durante los próximos tres años.
El comunicado del instituto monetario destaca que el tipo de cambio tuvo un comportamiento volátil a la par que los precios del petróleo se han incrementado. Como consecuencia, el IPC en agosto ha sido superior que a lo que se había previsto, mientras que en agosto se espera que la inflación alcance el 3%.