El vicepresidente de la Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos, Stanley Fischer, renunció de manera inesperada. Según confirmó la entidad en un comunicado, Fischer aludió “razones personales” para abandonar su puesto, que desempeñaba desde mayo de 2014 a propuesta de Barack Obama y expiraba en 2020, aunque su cargo como vicepresidente finalizaba en junio de 2018.
En una carta enviada al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, Fischer, de 73 años y que fue gobernador del Banco de Israel desde 2005 a 2013, dijo que dejará su puesto el próximo 13 de octubre. En la carta, de tan sólo dos párrafos, Fischer explicó al presidente que “por razones personales”, dejará su puesto en el Consejo de Gobernadores de la Reserva Federal.
Fischer añadió que “ha sido un privilegio servir” en la Fed y “más especialmente, trabajar junto a Janet Yellen y muchos otros hombres y mujeres de la Reserva Federal”. Además, comenta que durante su etapa en el banco central, la economía “ha continuado fortaleciéndose” y ha creado “millones de empleos” para los trabajadores americanos.
“Informados por las lecciones de la reciente crisis financiera, hemos tomado medidas para fortalecer el sistema financiero y hacerlo más resistente y capaz de proveer el crédito vital para la prosperidad de las empresas y familias de este país”, concluyó.
Su salida puede ser interpretada como un anticipo de la previsible salida de Janet Yellen, presidenta de la Fed, cuyo mandato finaliza a comienzos de 2018. El mercado espera que Donald Trump proponga a su principal asesor económico, Gary Cohn, como nuevo máximo responsable del banco central estadounidense.
Para Paul Ashworth, economista jefe de Capital Economics en EE.UU., la dimisión de Fischer “reduce las posibilidades de que Janet Yellen sea nominada para un segundo mandato cuando termine el actual, a principios del próximo año”. Este experto añade que “Yellen y Fischer son colegas y comparten una visión muy similar sobre la política monetaria y la regulación financiera”.
En este sentido, el hecho de que Donald Trump y su secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, se hayan comprometido públicamente a reducir la dura regulación impuesta al sector financiero tras la crisis, hace prever que nombrará a un presidente de la Fed más proclive a reducir esa regulación.
“Parece que Trump está en camino de chocar con Yellen y Fischer sobre la regulación, ya que ambos son grandes defensores de las nuevas normas. Aunque la dimisión de Fischer no afectará demasiado a la política monetaria, puede marcar el principio, junto con la nominación de Randall Quarles como vicepresidente de Supervisión, de un cambio en el Consejo de la Reserva Federal más proclive a una menor regulación”.
La misma Yellen señaló en el comunicado de la Fed que “las profundas ideas de Stan, fundadas en toda una vida de servicio público, han contribuido de manera excepcional a nuestras deliberaciones sobre política monetaria”. Yellen agregó que estaba agradecida “por su amistad y su servicio”. “Echaremos de menos su sabio consejo, su buen humor y su fino ingenio”, apuntó.
*** Con información de Reuters, Bloomberg y Europa Press.