Ataques de hackers. Intimidación a los votantes. Interferencia extranjera. Ninguna elección en la historia moderna de Estados Unidos ha enfrentado tal convergencia de amenazas, algunas del siglo XXI y otras tan antiguas como la democracia. Esto está poniendo a prueba la capacidad del gobierno federal para asegurar que el proceso sea seguro.
Incluso antes de que el ciberataque del 21 de octubre impidiera el acceso a populares sitios web, el Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en inglés) asignó a más de 100 especialistas en todo el país para que ayudaran a los funcionarios estatales y locales encargados de la elección a mitigar vulnerabilidades asociadas con seguridad cibernética.
Por primera vez, el FBI tendrá un comando del día de las elecciones en Washington, y el Departamento de Justicia señala que vigilará la intimidación de los votantes incluso después de que una decisión judicial limitara su capacidad de observadores en terreno.
“Estamos conscientes del ruido que se está generando respecto al país, pero también tenemos una historia de hacer que esto funcione en el contexto de elecciones que pueden ser particularmente tensas”, señaló en una entrevista Vanita Gupta, titular de la división de derechos civiles del Departamento de Justicia.
Todo esto ocurre mientras el candidato presidencial del Partido Republicano, Donald Trump, ha intentado movilizar su base de partidarios alegando que habrá fraude electoral. Ha exhortado a sus partidarios a ir a las urnas y observar a los votantes, lo que algunos críticos afirman podría llevar a la intimidación y posible violencia.
El DHS, el FBI y una entidad poco conocida denominada Centro de Análisis y Entrega de Información Multi-Estatal operarán como el punto focal del triaje del gobierno federal el día de las elecciones si hay problemas con hackers, con personal capacitado listo para desplegarse a distintas partes del país, sostuvo un funcionario del DHS quien solicitó que su nombre se mantuviera en el anonimato mientras comentaba las disposiciones para el 8 de noviembre.
SEMBRAR LA CONFUSIÓN
Esa gestión incluye prepararse para que la infraestructura de la elección maneje un ataque “DDoS” importante como el de la semana pasada, que dejó sin tráfico una serie de sitios web estadounidenses. A la fecha, 42 estados y 29 condados u organismos de elección locales han solicitado ayuda al DHS en materia de ciberseguridad.
La mayor preocupación no es que los hackers puedan manipular los resultados de la votación –eso es casi imposible porque la mayoría de los sistemas en los locales de votación ni siquiera están conectados a Internet– sino que puedan sembrar confusión entre los votantes a través de actividades nefastas como la alteración de datos en sitios web que indican horarios o ubicaciones de los locales de votación, dijo el funcionario.
ATAQUES ‘SOFISTICADOS’
Hasta ahora no hay evidencia de que los sistemas de recuento de votos hayan sido manipulados, dijo el funcionario. “Confiamos en la integridad general de nuestros sistemas electorales”, indicó en un comunicado el DHS. “No obstante, debemos enfrentar la realidad de que las intrusiones y ataques cibernéticos en este país son cada vez más sofisticadas”.
El Departamento de Justicia también planea enviar a cientos de miembros de su personal capacitado a los estados para ayudar a disuadir la intimidación de los votantes, si bien la cantidad será menor que en 2012 debido a una resolución de la Corte Suprema de Justicia en 2013.
‘ESTÁ ARREGLADA’
Trump sostuvo ante sus partidarios el 18 de octubre en Colorado Springs que la elección “está arreglada. Es un mal sistema”, instándolos a vigilar la votación en las ciudades.
“El fraude de votantes es demasiado común. Miren lo que pasó en Chicago, en St. Louis. Miren algunas de estas ciudades donde se ve que ocurren cosas que son horribles. Y si hablas de ello, hablan mal de ti”.
De acuerdo con analistas de elecciones y organizaciones como FactCheck.org, proyecto del Annenberg Public Policy Center en Pennsylvania, el fraude de votantes real es extremadamente raro en Estados Unidos.
Gupta dijo que el departamento seguirá vigilante, tal como en años anteriores. “Nuestros monitores van a estar en terreno con una visión tan cercana como se pueda”, añadió Gupta. “Haremos todo lo que podamos para seguir de cerca los procedimientos y para asegurar que la gente pueda votar sin obstrucciones”.