“Esperamos que el S&P 500 suba hasta 2.400 puntos a lo largo del primer trimestre de 2017”. Es la optimista previsión de Goldman Sachs en lo que se refiere al corto plazo para la renta variable americana.
Esta estimación implica que el Dow Jones superará ampliamente los 20.000 puntos y que Wall Street marcará nuevos máximos históricos en los próximos meses.
Sin embargo, el optimismo del banco americano es mucho menor de cara al conjunto del próximo ejercicio, ya que su previsión es que el S&P 500 cierre 2017 en niveles de 2.300 puntos.
El índice neoyorquino cerró el viernes pasado en los 2.263 puntos, cerca de su máximo histórico de 2.277 puntos marcado este mismo diciembre. El selectivo americano se revaloriza un 10,7% en el presente ejercicio y los analistas de Goldman todavía esperan un rally del 5% durante los primeros meses del próximo año.
Esta mirada positiva de Goldman a corto plazo y su cautela a mediano plazo tienen que ver con varias cosas. Por un lado, la expansión fiscal prevista en Estados Unidos, con la nueva AdministracióN Trump, provocará un crecimiento económico más fuerte. “Esto será una buena noticia para las bolsas”, señalan.
Sin embargo, también añaden que “somos cautos con la renta variable”, porque es “vulnerable a una suba de tasas” mayor de lo esperada, debido a que “las valoraciones son ajustadas tras años de tasas mínimas excepcionales”.
Goldman señala que “esperamos una aceleración de las divergencias conforme la Fed aumente tres veces las tasas en 2017, mientras el BCE y el Banco de Japón continuarán con sus programas de compras de activos”.
En este escenario, Goldman recomienda apostar por acciones del sector financiero en EE.UU. y por empresas ligadas al transporte. También empresas con exposición al mercado doméstico americano y que tengan bajos costes laborales.