La economía británica volvió a dar señales de solidez en los últimos tres meses de 2016, lo que va nuevamente en contra de las expectativas que apuntaban a que el referendo de junio a favor de abandonar la Unión Europea afectaría su ritmo de crecimiento.
Puntualmente, el Producto Bruto Interno (PBI) creció en una tasa trimestral del 0,6% entre octubre y diciembre, según dijo la Oficina Nacional de Estadísticas británica (ONS, por sus siglas en inglés), manteniendo el ritmo por encima del promedio visto en los tres primeros meses después del referendum.
Por su parte, los economistas consultados por Reuters esperaban una ligera ralentización del crecimiento del 0,5%.
De esta manera, comparada con 2015, la economía creció 2,2%, de nuevo ligeramente más rápido de lo esperado. Pero mirando a 2016 en su conjunto, el crecimiento se ralentizó modestamente un 2% desde el 2,2% anotado en 2015.
“El sólido gasto de los consumidores apoyó la expansión del dominante sector servicios y, aunque las manufacturas se recuperaron tras un tercer trimestre más débil, ambos sectores así como la construcción se mantuvieron prácticamente sin cambios durante el año en su conjunto”, dijo un analistas de ONS Darren Morgan, en un cable de Reuters.
Reino Unido es una de las grandes economías que más rápido creció en el último año y hay algunas señales de que continuará así en el inicio de 2017, después de que la Confederación de la Industria Británica registrara sólidos pedidos de manufacturas en enero.
El crecimiento interanual en Reino Unido en 2016 superó el de Alemania, que creció un 1,9% el año pasado. Pero la mayoría de los economistas predicen que la economía británica sufrirá este año, en momentos en que la aguda caída de la libra esterlina desde el referendo acelera la inflación para los hogares y negocios.