La extracción de petróleo en aguas profundas: la nueva pesadilla de la OPEP

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Los rumores sobre el ocaso de la extracción de petróleo en aguas profundas podrían haber sido muy exagerados, para gran consternación de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP). Hasta hace pocos años, este tipo de operaciones sólo eran rentables cuando el petróleo alcanzaba los 100 dólares el barril. Ahora, con el crudo cotizando por debajo de los 50 dólares, ya es rentable sacar crudo en algunos pozos de las profundidades del mar.

Como destacan desde la agencia de noticias Bloomberg, la extracción de crudo de lechos marinos a miles de metros de profundidad se está abaratando mucho más deprisa de lo esperado. Los productores están optimizando las operaciones y priorizan la perforación en pozos que, tras un estudio pormenorizado, se concluye que serán los más productivos una vez comience a bombear el crudo, según Wood Mackenzie.

La otra pata de esta optimización centra sus esfuerzos, por un lado, en los pozos que ya están abiertos para extraer todo el crudo que sea posible de plataformas como la del Golfo de México. Por otro lado, pretende reducir considerablemente el tiempo necesario (y los costes) para poner en marcha nuevos proyectos de este tipo, sobre todo en países como Brasil, que cuentan con importantes reservas de crudo en aguas marinas.

Esto significa que el petróleo a 50 dólares por barril podría ser suficiente para mantener algunos de estos proyectos de cara al año que viene, frente al precio de 75 dólares el barril que se necesitaba en 2014, según estima la consultora de energía. No obstante, Shell trabaja para que a medio plazo sea rentable extraer crudo desde los USD 15.

La caída de los costos presenta otro desafío para la OPEP, que actualmente está limitando la producción para reducir un excedente de crudo a nivel mundial. En 2014, cuando el auge del shale de Estados Unidos provocó una caída del petróleo desde los 100 dólares por barril, el grupo emprendió una estrategia que consistía sencillamente en dejar que todos sus miembros produjesen lo que quisieran para defender la cuota de mercado.

Con los precios del crudo rondando los 30 dólares, Ali Al-Naimi, el entonces ministro de Energía de Arabia Saudí (líder de la OPEP) dijo en febrero de 2016 que los productores de shale y de aguas profundas necesitan “bajar los costes, refinanciar sus deuda o liquidar”. Parece que estos productores han hecho caso a Al-Naimi, sobre todo en lo referente a los costos.

Hay vida bajo el agua

“Todavía hay vida en las aguas profundas”, asegura Angus Rodger, director de investigación de exploración y producción petrolera en la región de Asia Pacífico para Wood Mackenzie en Singapur. “Cuando los precios del petróleo cayeron, se aplazaron muchos proyectos, y los primeros fueron los de aguas profundas, porque los precios necesarios para lograr algo de rentabilidad eran generalmente los más altos. Ahora, en 2017, estamos viendo señales de que los mejores pozos de este tipo están regresando”.

La caída de los costos hace que sea más probable que los inversores aprueben la extracción de crudo de tales proyectos grandes de aguas profundas, cuyo proceso es más complejo y arriesgado que la perforación de yacimientos tradicionales en tierra firme. Eso puede competir con el petróleo de la OPEP para satisfacer déficits futuros de suministro previstos por el grupo a medida que aumenta la demanda y la producción de pozos existentes disminuye de manera natural.

Al-Naimi dejó su cargo poco después de ese discurso dirigido a los productores que incurrían en mayores costes, y su sucesor, Khalid Al-Falih, fue el propulsor de los actuales recortes de producción por parte de la OPEP y de otros países, que ahora se han prolongado hasta marzo de 2018.

En un discurso en Malasia este mes, Al-Falih ha lamentado la falta de inversión en proyectos de mayor coste y dijo la escasez de este tipo de obras puede suponer que la demanda supere a la oferta en el futuro, con lo que ello supondría para los precios.

Sin embargo, estas advertencias de la OPEP sobre una inminente escasez son “exageradas y engañosas”, comentan desde Citigroup en un informe a principios de este mes. La revolución la producción de crudo no convencional como el shale es “imparable” a menos que los precios caigan por debajo de 40 dólares por barril, y la producción de aguas profundas podría crecer en más de 1 millón de barriles al día para 2022, según el banco.

La extracción de crudo en aguas profundas y ultraprofundas se centra en Brasil, EEUU, Angola y Noruega, siendo Brasil y EEUU los países con mayor potencial. En las aguas profundas y ultraprofundas la producción de petróleo está creciendo a un mayor ritmo y es ahí donde se espera que Shell y otros gigantes centren sus esfuerzos.

Para esclarecer un poco más los conceptos, la perforación en profundidades de hasta 125 metros se consideran aguas poco profundas. De 125 hasta 1.500 metros es considerada extracción y perforación en aguas profundas, y más allá de esa longitud se consideran aguas ultraprofundas.

 

Fuente: Bloomberg.

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