Sorpresa en el mercado del petróleo. Así describieron ayer los analistas la noticia del acuerdo de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), y así reaccionaron los inversores, con compras que dispararon los precios un 6%, máximos de tres semanas. Esta vez las intenciones previas no se quedaron en palabras vacías, sino que el cartel volvió a ejercer como tal para intentar controlar el mercado. Sin embargo, hoy reina la incertidumbre, con el crudo tipo WTI 0,2% abajo, cotizando cerca de los USD 47 por barril.
El grupo confirmó en un comunicado que los países miembros habían alcanzado un pacto que incluye objetivos de producción de entre 32,5 y 33 millones de barriles diarios. Aunque en la práctica supone casi un congelamiento desde el nivel de 33,2 millones de agosto, con los números encima de la mesa es el primer recorte en ocho años.
Además, tras la carrera hacia adelante de todos los productores para no perder cuota de mercado desde 2014, lo que hundió los precios desde los USD 100 de entonces, es la primera vez en dos años que la OPEP acuerda objetivos de producción. Arabia Saudí e Irán, enfrentadas en las últimas reuniones, han permitido esta vez que haya acuerdo.
“Sigue siendo un juego de lobos y corderos. Arabia Saudita e Irán son dos lobos que han manejado siempre los precios”, opina Ascensión Reyes, analista de ETX Capital, que matiza no obstante que Estados Unidos, además de Rusia, se han convertido también en “lobos”. La revolución del fracking ha llevado a las empresas estadounidenses a producir en conjunto tanto como Arabia Saudita, aunque la caída de los precios ha provocado la quiebra de compañías y el cierre de multitud de plataformas. En torno al 80% entre 2014 y 2016.
“Hay un cambio de estrategia que se produce con los precios en torno a los USD 45 dólares. Con estos precios, el fracking aún no es rentable, mientras que Arabia Saudita tiene maquinarias muy modernas que le permiten producir con costos muy bajos”, agrega Reyes.
QUEDAN MUCHOS DETALLES POR CONOCER
La OPEP celebrará una reunión oficial el 30 de noviembre, ya que en este caso se trataba de un encuentro informal en el marco del XV Foro Internacional de Energía celebrado en Argelia. El acuerdo, inesperado para la mayoría de los analistas por los precedentes de este año, no sólo supone el primer establecimiento de una cuota grupal en dos años, sino que es un hito para la organización.
El cartel creó una comisión para estudiar la aplicación del objetivo común por parte de cada país, con lo que establecerá cuotas para cada miembro, algo poco común. De hecho, históricamente Arabia Saudita solía ser el estado que asumía la carga de producir más o menos para lograr una meta colectiva, subraya Nitesh Shah, analista de ETF Securities. “Con Irán tratando de bombear petróleo a un ritmo vertiginoso, Arabia está ahora menos dispuesta a asumir ese papel. Cualquier acuerdo en noviembre dependerá de la carga que compartan los países miembros, ya que algunos que ya han sufrido recortes como Venezuela o Nigeria podrían estar exentos. Nosotros creemos que será difícil que Irán participe en un recorte, lo que podría dañar las posibilidades del acuerdo definitivo en noviembre”, agrega el experto.
El acuerdo podría ser un impulso a corto plazo, pero mantiene incertidumbre durante el próximo mes. La estabilización de los precios se produce porque “los mercados dudan de que el futuro acuerdo (si se rubrica en Viena) sea respetado por todos los miembros de la OPEP, que los productores ajenos al cartel participen en él, y que esta reducción sirva de verdad para equilibrar el mercado ya que las empresas que realizan fracking aprovecharán cualquier repunte en el precio para incrementar su producción”, explican en Link Securities.
ARABIA SAUDITA TAMBIÉN SUFRE
Muchos apuntan a que Arabia Saudita fue el causante de que se iniciara una guerra por las cuotas de mercado que disparó la producción y hundió los precios. Para Link Securities, “ha quedado manifiesto que la estrategia de Arabia de dejar fluctuar el precio del crudo para evitar seguir perdiendo cuota de mercado a manos de los nuevos productores estadounidenses y canadienses ‘ha hecho aguas’ por todos lados y se ha vuelto contra los propios intereses del país árabe”. Ahora, acotan, “está por verse si Arabia Saudita aceptará de buen grado una nueva pérdida de cuota de mercado o si, por el contrario, cuando pase el invierno, periodo en el que ya tenía previsto reducir su producción de crudo, vuelve a incrementar la misma”.
Desde ETX Capital, Ascensión Reyes recuerda en la misma línea que Arabia Saudita también sufre, ya que es una economía muy dependiente de los ingresos que le reporta la exportación de crudo. El año pasado cerró con un déficit récord de USD 98.000 millones, en torno al 13% del PIB, y para este año proyectaba otros USD 80.000 millones, pese a introducir la tijera en el gasto público.
¿QUÉ PASA CON RUSIA Y OTROS PRODUCTORES?
Rusia y Arabia Saudita acordaron a principios de mes cooperar para estabilizar el mercado. Los dos productores más importantes del mundo junto a Estados Unidos no concretaron más medidas. Pero el papel de Rusia es importante para los analistas, así como el de otros países, en la medida en que se sepa si van a participar en el objetivo de la OPEP. “Seguimos creyendo que la mayor parte del trabajo para lograr el equilibrio entre oferta y demanda vendrá desde países que no son miembros del cartel, especialmente desde la oferta de Estados Unidos. Además, los precios bajos deberían apoyar el aumento de la demanda para estabilizar el mercado”, opina Nitesh Shah, analista de ETF Securities.
Goldman Sachs, por su parte, cree que la OPEP puede contribuir a un impulso a corto plazo de los precios, pero no cree que vaya a cambiar la realidad del exceso de suministro que impera en el crudo. Así, en un análisis enviado a clientes difundido por CNBC, mantiene sus previsiones de USD 43 para este año y USD 53 para el próximo. El banco de inversión norteamericano había recortado su proyección para 2016 desde los USD 50 hasta los USD 43 actuales.
Reuters, Bloomberg, CNBC, Bolsamania.