Para el banco estadounidense Goldman Sachs, la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) tiene actualmente la “mayor necesidad de precios dentro de la industria”. Según sus cálculos, entre 2011 y 2014, los países del cártel podían equilibrar sus presupuestos con precios entre 10 y 40 dólares más bajos por barril frente a las petroleras. Pero en la actualidad, la OPEP necesita precios entre 10 y 20 dólares más altos que la industria.
“Esta inversión del posicionamiento es un fuerte incentivo, en nuestra opinión, para que la OPEP soporte el precio del petróleo y espere hasta el final de la década para volver a ganar cuota de mercado, conforme la producción de países externos a la organización comience a suavizarse”, afirman estos expertos, para quienes “otro recorte de producción daría sentido” a los ya realizados y comprometidos hasta marzo de 2018.
Goldman calcula que los recortes anunciados hasta la fecha serán reemplazados en un plazo de “6 a 12 meses” por los productores no convencionales en Estados Unidos de petróleo de esquisto (shale oil).
Sin embargo, anticipa que estos productores no podrán aumentar su nivel actual de actividad debido al “cuello de botella” que suponen la finalización de los yacimientos y el hecho de que muchos proyectos estén basados en precios de 50 – 55 dólares por barril. “En este punto, un nuevo recorte de producción puede tener el efecto que no tuvo el primero”, señala el banco estadounidense.
Y es que Goldman anticipa abundancia en la producción de los países externos a la OPEP a corto plazo (1 – 2 años), pero espera que se suavice a partir de 2020 por varios factores. En primer lugar, los productores de esquisto pueden aumentar el bombeo de crudo tras un periodo de dos años de baja actividad. En segundo lugar, el crecimiento de los grandes proyectos de largo plazo en países de la OPEP será muy alto en los próximos doce meses y cristalizará a final de la década con su puesta en marcha.
Por último, las interrupciones en el suministro mundial se encuentran en el nivel más bajo de los últimos años y la producción en Libia, Nigeria y Canadá se está recuperando. “Estos factores garantizan un exceso de oferta a corto plazo, pero generarán tensiones a partir de 2020”, señalan estos expertos.
Para Goldman, la OPEP ha perdido “su poder de precios a corto plazo” y esto seguirá así mientras los productores de esquisto tengan capacidad disponible para seguir bombeando crudo. En este escenario, aunque la OPEP ha retirado 1,2 millones de barriles del mercado, el esquisto de EEUU ha sido capaz de reemplazarlos en un plazo de 12 meses.
Pero en el escenario actual, estos productores americanos no podrían cubrir otro recorte adicional de la OPEP. “Por lo tanto, un segundo recorte tendría un efecto positivo más duradero sobre el precio del petróleo que el anunciado en noviembre y extendido en mayo”, afirma Goldman.
La estrategia del cártel a partir de 2019 – 2020 será diferente, ya que la entrada en funcionamiento de los grandes proyectos en desarrollo y la menor producción prevista desde EEUU permitirá a la organización volver a ganar cuota de mercado, aumentar su bombeo y desarrollar nuevos proyectos, según concluyen desde el banco estadounidense.
“Aunque la fuerte caída de inventarios prevista para el segundo semestre puede apoyar un rally de corto plazo, la previsión para 2018 se ha deteriorado debido a la continúa fortaleza del suministro en EEUU y a la previsión de que la OPEP retire sus actuales recortes”, comprometidos hasta marzo de 2018, afirmaron desde Barclays.
Por su parte, el crudo tipo WTI comenzaba julio con un avance de 1.6%, para cotizar a USD 46.8 en el Nymex de Nueva York.
Bloomberg.