Durante los meses de verano en USA el mercado vivió anestesiado, sin prestar atención a los problemas que siguen latentes en la economía mundial, ayudado por la menor actividad.
Sin embargo, la vuelta de las vacaciones despertó los temores de los inversores y una posible suba de tasas de interés fue el epicentro de las dudas que vienen sacudiendo a la renta fija y alas bolsas.
Uno de los primeros perjudicados ante un alza del precio del dinero serían las compañías con dividendos atractivos y sostenibles. Y es que las bajas rentabilidades de los bonos soberanos -en algunos casos incluso negativas- hicieron que algunos inversores se hayan refugiado en este tipo de valores como una alternativa a la deuda.
Un repunte de los rendimientos de los bonos podría provocar la huida de este tipo de firmas. De hecho, el viernes pasado -cuando el presidente de la Fed de Boston advirtió de los riesgos de retrasar una suba de tasas- el S&P 500 Dividends Aristocrats (el índice que reune las empresas de EE.UU .que han aumentado sus pagos de manera continuada durante 25 años) sufrió una caída del 2,8%, mientras que el Dow Jones retrocedía solo un 2,1%. De este modo, en las últimas ruedas este selectivo se ha movido en función de las expectativas sobre el posible ascenso del precio del dinero.
“Cuando se altera la formación de precios en el cálculo de las tasas de interés del mercado, alteras la valoración de todos los activos”, explica Jesús Sánchez Quiñones, director general de Renta 4, al tiempo que destaca que “los inversores institucionales tienen la necesidad de tener algo de rentabilidad y, cuando ha desaparecido en la renta fija, algunos de ellos han entrado en acciones con dividendos más o menos estables y cuando se produce subida de tasas lo previsible es que los títulos lo sufran”.
En esta misma línea, Juan José Fernández y Marc Batlle, consejeros de Elcano sicav, advertían en una entrevista a elEconomista que “la gente compra Coca-Cola o Henkel como si fueran bonos. Con las tasas de interés tal y como están, parece que los dividendos son más estables que la renta fija. Y pueden ser atractivos hoy, pero un día las tasas se normalizarán”.
En el caso de Coca-Cola, durante la sesión del viernes pasado se desplomó más de un 3%, mientras el Dow Jones se dejaba un punto porcentual menos.
La renta fija americana a diez años llegó a tocar durante este año una rentabilidad de solo el 1,36%. Sin embargo, desde ese nivel ha escalado en 33 puntos básicos y a media sesión de ayer ya se situaba en el 1,69%, una cifra aún lejana al 2,5% que ofrecen las compañías del S&P 500 Dividends Aristocrats.
Sin embargo, desde que comenzó el repunte de los rendimientos del T-Note, este índice ha sufrido un retroceso del 3,7%, mientras que el Dow Jones apenas ha cedido medio punto porcentual.
Según la última encuesta elaborada por Bloomberg, los expertos prevén que el bono de EE.UU. a 10 años termine 2016 con una rentabilidad del 1,7% y que al final de 2017 se sitúe en el 2,2%. La deuda comenzó el año en el 2,26%.
Marisa Cabrita, analista de Orey Financial, señala que “la tasa de interés es uno de los factores que afectan directamente a cualquier empresa, ya que puede aumentar o reducir el coste financiero y, por lo tanto, afectar a la ganancia disponible para poder distribuir a sus accionistas” y considera que “no debe sorprender que ante el aumento de las expectativas de las tasas de interés, estas empresas sean unas de las más penalizadas”.
En cualquier caso, la situación en la que está sumergido el mercado no tiene nada que ver con otros escenarios que se hayan conocido anteriormente. En este sentido, Alexis Ortega, socio director de Finagentes Gestión, advierte de que “el momento de elevar tasass se perdió hace dos años”y de que estas “no pueden subir mucho”.
En esta misma línea, desde RBC Capital Markets reconocen que “la lógica dictaría que las acciones de altos dividendos serían particularmente vulnerables a un incremento de las tasas de interés”, pero recuerdan que “tienden a ser menos sensibles a los cambios en los rendimientos cuando los tipos son particularmente bajos”.
A día de hoy, el mercado da apenas una probabilidad del 20% a que haya un aumento del precio del dinero en la reunión de la semana que viene y las posibilidades solo superan el 50% para la reunión de la Reserva Federal en diciembre. No obstante, algunos expertos y dirigentes de la Fed pusieron nervioso al mercado tras haber advertido de la necesidad de arrancar la normalización monetaria.