Los hedge funds no apostaban tanto por un euro fuerte desde 2011

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Una suba del 12% en lo que va de año y del 13,5% desde los mínimos marcados en el mes de enero, llevaron al euro a intercambiarse por 1,18 dólares, marcando su nivel más alto desde enero de 2015.

Durante los últimos meses -de la mano de la incapacidad de Trump para cumplir con sus promesas electorales- mucho ha cambiado la historia en torno a la divisa común frente al billete verde, tanto que la paridad que muchos esperaban ahora ha desaparecido de la mente de los analistas.

Ahora, también los especuladores apuestan por el euro. De hecho, según los datos recopilados por Credit Suisse, las posiciones largas especulativas del euro frente al dólar se sitúan en máximos de 2011. “Los inversores específicos de divisas, tienen una posición extremadamente larga en el euro”, explican en BNP Paribas.

En el banco francés, creen que los inversores europeos han adquirido grandes cantidades de bonos extranjeros sin cubrir la divisa -estiman que las compras se realizaron con el cruce en 1,12 dólares- durante el QE y que a los cambios a los que se hicieron “ahora están teniendo pérdidas”, por lo que “cuanto más suba el euro más presión tienen para cubrir esa posición corta en la divisa”, lo que debería seguir apoyando la cotización.

Objetivo a largo plazo

A nivel técnico, Joan Cabrero, director de Estrategia de Ecotrader, explica que “la ruptura de la resistencia de los 1,172-1,18 dólares supone la confirmación de un amplio patrón de giro al alza que plantea subidas en los próximos meses hacia objetivos que aparecen en los 1,30-1,32 dólares por euro”. En cualquier caso, resalta: “No decimos que este objetivo vaya a ser alcanzado en breve, ya que todo apunta a que va a tomarse su tiempo”.

Si algo ha tomado por sorpresa a los analistas ha sido la verticalidad del ascenso de la moneda común. “En el corto plazo, la ecuación rentabilidad-riesgo ha empeorado teniendo en cuenta la drástica subida reciente”, explican en UBS, donde consideran que el valor justo del par está “en el entorno de los 1,25 dólares por euro”.

En esta misma línea, en Credit Suisse creen que el cambio debería situarse en la zona de los 1,22 dólares a 12 meses, pero advierten de que “dada la velocidad de la apreciación y el impacto potencial que la fortaleza del euro tiene en la inflación y el crecimiento, Draghi u otros miembros del BCE podrían intervenir verbalmente para ralentizar la subida de la divisa”.

El consenso de mercado consultado por Bloomberg estima que el par acabará el año en línea con la cotización actual, pero la disparidad entre las previsiones de los analistas es notable. Los más optimistas apuntan a que podría acabar en los 1,3 dólares -lo que supondría una subida del 10% desde los niveles actuales-.

En contrapartida, los osos ven el cambio en los 1,03 billetes verdes, lo que implicaría un retroceso que se acerca al 13%.

Durante julio el euro se revalorizó un 3,6% frente al dólar, en su mayor suba mensual desde marzo del pasado año, acumulando cinco meses consecutivos registrando ascensos en este cruce -su mejor racha desde la vivida entre agosto de 2012 y enero de 2013-.

Que esta tendencia se pueda mantener durante el futuro más cercano dependerá de las palabras del BCE y de que cumpla con la hoja de ruta esperada por los inversores.

“El mercado seguirá anticipando una política monetaria más restrictiva a menos que la entidad declare de manera explícita que continuará con su rumbo expansivo. Y ahora no vemos ningún motivo para que lo haga, lo que explica por qué el euro debería permanecer fuerte por ahora”, explican en Commerzbank.

Impacto negativo

Uno de los principales problemas de la apreciación del euro es el impacto negativo que puede tener en la mejora que ha registrado la economía de la Eurozona -que crece a su ritmo más rápido desde el año 2011-.

Sin embargo, los signos de fortaleza de los últimos datos pueden ayudar a que el BCE reduzca la importancia que le otorga a la suba de la divisa común. “Aunque las últimas declaraciones del BCE fueron dovish, Draghi tuvo un tono relajado en torno a la suba del euro, esto no implica que la entidad dé la espalda al mercado de divisas, pero sugiere que el umbral del dolor con respecto al ascenso del euro ha crecido como una reacción a unos fundamentales macroeconómicos mejores”, inciden desde Unicredit.

En todo caso, su apreciación frente al billete verde no solo se explica por la fortaleza del euro, ya que la debilidad de la moneda de EE.UU. ha sido notoria. “Creo que el dólar está volviéndose demasiado fuerte, parcialmente es mi culpa porque la gente tiene confianza en mí”, aseguró Trump en abril. Desde entonces, ha caído frente a todas las grandes divisas mundiales, a excepción del yen, que se ha depreciado un 0,6% respecto al dólar.

Bloomberg, El Economista.

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