Nouriel Roubini, profesor de Economía y de la Universidad de Nueva York, cree que es necesario analizar por qué los mercados de renta variable están alcanzando nuevos máximos cuando cada día aparece una nueva ‘tensión’ que podría amenazar la estabilidad financiera mundial.
Roubini cree que los inversores podrían estar subestimando la amenaza de un cisne negro que puede convertirse en un problema real en cualquier momento. Un cisne negro es un concepto popularizado por el profesor Nassim Taleb en su célebre libro con el mismo título que intenta explicar el impacto que tienen en el mercado los eventos inesperados.
El profesor de la Universidad de Nueva York, famoso por vaticinar la última gran crisis financiera, cree que la victoria de Emmanuel Macron ha servido para que “Europa esquive una bala”, sin embargo, el cargador de la pistola sigue lleno de munición.
“Los riesgos geopolíticos siguen proliferando. El movimiento populista contra la globalización en Occidente no se detiene con la victoria de Macron”, destaca este experto en Project Syndicate.
Rusia sigue manteniendo un tono agresivo contra los países Bálticos, en Ucrania y el Siria. En Oriente Medio, un número importante de naciones están muy cerca de pasar a ser estados fallidos, mientras que Arabia Saudí e Irán luchan por su influencia en la zona.
Por otro lado, Roubini destaca la creciente tensión entre EEUU y Corea del norte, “que podría precipitar un conflicto militar en la península de Corea. Además, China continúa involucrada en varias disputas territoriales con sus vecinos”. Algunos de esos países que hacen frontera con Pekín son importantes aliados de EEUU.
Los inversores no ven riesgos
“A pesar de todos estos riesgos geopolíticos, los mercados financieros globales han alcanzado nuevas cotas. Por lo tanto, vale la pena preguntarse si los inversores están subestimando el riesgo potencial de que uno o más de estos conflictos desencadenen una crisis más seria”, asegura Roubini.
Este experto cree que existen varias razones por las que los inversores se muestran inmunes a esta batería de riesgos. “Los inversores pueden asumir que se produzca un intercambio militar limitado, en lugar de una guerra de pleno derecho, lo que suavizaría el golpe en los mercados… en este escenario, la corrección inicial terminaría siendo una oportunidad de compra”.
Por otro lado, Roubini cree que los inversores quizá están tranquilos porque durante las últimas décadas pocos o ninguno de los riesgos potenciales han terminando desencadenando una gran guerra. Como mucho se han producido alzas de precios en el mercado del petróleo por los conflictos en Oriente Medio, pero ahora que otros países han logrado producir grandes cantidades de crudo, está situación no parece tan peligrosa como antaño.
Sin embargo, “hay otros escenario posibles, algunos de los cuales podrían resultar ser cisnes negros… como por ejemplo un ataque cibernético de Corea del Norte, que aunque su capacidad en este campo aún sea una mínima si se compara con la de Rusia o China, ya demostraron una parte de su potencial en 2014 cuando hachearon Sony Pictures”.
Roubini cree que los inversores pueden estar acertando a la hora de descartar un conflicto militar entre Corea del Norte y EEUU, “pero pueden estar subestimando la amenaza de un verdadero cisne negro, una ciberguerra entre esos dos países o una bomba sucia lanzada contra EEUU”.
*** Con información de Eleconomista.es