La búsqueda de mayores rentabilidades en el actual entorno de bajas tasas de interés en las economías desarrolladas ha impulsado también las acciones de las empresas de países emergentes.
El aumento de la exposición al mundo en desarrollo por parte de fondos de inversión en bonos que normalmente tienen poco apetito por deuda con riesgo está impulsando la racha alcista de los mercados emergentes, a excepción de China.
Fondos de bonos internacionales que administran gestoras como BlackRock,Legg Mason u OppenheimerFunds se encuentran entre los grandes nombres que en los últimos meses han incrementado sus posiciones en deuda de mercados emergentes como Argentina, Brasil e India.
El cambio refleja el impacto que sobre estos fondos están teniendo las bajas tasas de interés en Estados Unidos y las tasas negativas en Japón y gran parte de Europa.
Los bonos soberanos con rendimientos negativos, la mayor parte de mercados desarrollados, han aumentado a un total de 11,4 billones de dólares, según la agencia Fitch Ratings.
La búsqueda de mayores rentabilidades en el actual entorno de bajas tasas de interés en las economías desarrolladas también ha impulsado las acciones de las empresas de países emergentes. El MSCI Emerging Market Index acumula un alza del alrededor del 15% este año.
No obstante, el mercado bursátil chino ha quedado fuera de esta racha alcista. El índice Compuesto de Shanghai ha caído 14% este año, en tanto que las acciones chinas que cotizan en la Bolsa de Hong Kong registraban un descenso de 1,1% hasta el cierre del viernes.
En las últimas seis semanas, los inversores han inyectado cerca de 13.000 millones de dólares en fondos de renta variable de países emergentes, al tiempo que han retirado más de 3.500 millones de vehículos enfocados en acciones de China, según la firma especializada en fondos EPFR Global.
La cautela en torno a la economía china refleja, en parte, el nerviosismo de los inversores globales sobre la enorme dificultad de predecir la evolución del mercado bursátil chino, incluso bajo los estándares de los volátiles mercados emergentes.
Después de subir un 60% a principios del año pasado, las acciones chinas se derrumbaron un 41% entre junio y agosto, para luego recuperarse brevemente y volver a caer un 23% el pasado enero.
“Creo que muchos inversores están perplejos por lo que pasa en China”, ha señalado Alex Muromcew, director gerente de TIAA Global Asset Management, que gestiona 899.000 millones de dólares. Muromcew explica que su fondo de renta variable de mercados emergentes ha incrementado este año sus inversiones en Perú y Brasil, pero que posee menos acciones chinas que la ponderación que estas tienen en los índices de referencia globales.
Muchos gestores de bonos globales están acudiendo también a los mercados emergentes porque algunos clientes institucionales, incluidos fondos de pensiones y aseguradoras, tienen restricciones sobre cuánto dinero pueden destinar a deuda con rendimientos negativos. Estos inversores necesitan efectivo para cubrir sus obligaciones y quieren inversiones que generen ingresos.
El nivel más alto en un año
Los fondos de renta fija globales elevaron sus posiciones en los mercados emergentes desde el 9,8% en febrero al 10,6% en la primera semana de agosto, el nivel más alto en aproximadamente un año, según el Instituto de Finanzas Internacionales. El máximo registrado en los últimos años fue del 14% en 2013.
Si bien el aumento es leve en términos porcentuales, el aumento representa una entrada de miles de millones de dólares a los mercados emergentes, debido a que las gestoras de fondos globales administran cerca de 1 billón de dólares en deuda, según datos de EPFR Global.
El creciente interés de los fondos de renta fija -junto con la entrada récord de 14.300 millones de dólares en fondos dedicados a los mercados emergentes en julio- ha ayudado a impulsar las ganancias en las economías en desarrollo, señalan los analistas.
Los bonos de mercados emergentes denominados en dólares retornaron un 12,3% hasta julio, según JP Morgan. El Citi World Government Bond Index, un indicador de deuda soberana global, subió un 7,5% en el mismo periodo.
El rendimiento promedio de los bonos del índice de mercados desarrollados de Bank of America es del 0,56%, frente al 4,44% de la deuda soberana de mercados emergentes. Estos países constituyen actualmente casi la mitad de los ingresos por rendimiento de estos dos índices combinados, mientras que en 2008 representaban cerca de 20%.
Aumento de posiciones
Rick Rieder, director de inversión en renta fija de BlackRock, la mayor gestora de activos del mundo, dice que su BlackRock Strategic Global Bond Fund ha aumentado sus posiciones en Argentina, Brasil, India e Indonesia.
En junio, el fondo tenía el 37,3% de sus activos en mercados emergentes, según documentos presentados a los reguladores, frente al 25% de finales de 2015. El fondo, dice Rieder, redujo recientemente una considerable exposición a bonos de rendimiento negativo, especialmente de Japón. “La única razón por la que compras un bono con tasa negativa es que pienses que se hará más negativa”, señala.
Asunción de otros riesgos
No obstante, al reducir su exposición a las tasas de interés negativas, muchas gestoras de bonos globales están asumiendo otros riesgos en la volátil deuda de los mercados emergentes.
Algunos de los mismos inversores se vieron perjudicados el año pasado cuando la deuda de países emergentes en monedas locales perdió un 15% como consecuencia de la desaceleración del crecimiento de la economía china, la debilidad de los precios de las materias primas y los temores sobre un ajuste de la política monetaria en EEUU.
El trasfondo para los mercados emergentes aún se ve “muy claramente más negativo que positivo”, afirma Zsolt Papp, gestor de cartera de JP Morgan Asset Management.
La inestabilidad política en países como Brasil, Turquía y Venezuela ha llevado a muchos inversores a tratar con mayor cautela los bonos emitidos por estos, pese a las alzas que han registrado recientemente.
Deterioro de la calidad del crédito
La calidad del crédito también se ha deteriorado. Este año, 19 empresas de mercados emergentes que emitieron deuda han entrado en suspensión de pagos, frente a las quince registradas por estas mismas fechas el año pasado, indica S&P Global Ratings. Cerca de un tercio de todos los emisores de bonos de mercados emergentes están en riesgo de sufrir una rebaja de su calificación.
De todos modos, incluso los bonos de gobiernos que han tenido suspensiones de pagos en el pasado están atrayendo fondos globales. Ecuador pagó 650 millones de dólares en bonos el año pasado, la primera vez en más de 180 años que saldó su deuda exterior a tiempo.
El país emitió nueva deuda en enero que vence en 2020 y rinde más del 22%. Sin embargo, la entrada de capital extranjero a Ecuador ayudó a reducir ese rendimiento al 10,4%. Las rentabilidades y los precios de los bonos se mueven en direcciones opuestas.
Matthew Cobon, gestor de fondos de renta fija en Columbia Threadneedle Investments, que administra 460.000 millones de dólares, posee bonos de Rusia, Hungría y México, pero no de China. Dice que tiene dudas sobre si el actual ritmo de crecimiento económico del gigante asiático será sostenible, por lo que ha apostado por una caída del yuan, una posición que ha mantenido por un buen tiempo. “Somos bastante negativos sobre China”, afirmó.
Jack McIntyre, gestor de cartera del Legg Mason Global Opportunities Bond Fund, aumentó su posición en mercados emergentes al 43% después de recortar la de los bonos del Tesoro de EEUU del 20% al 5%.
“¿Qué es más arriesgado: comprar un bono soberano que rinde más del 10% o comprar un bono con rendimiento negativo?”, pregunta. “Me quedaré con el rendimiento cualquier día, sabiendo que habrá algo de volatilidad pero sabiendo que con el tiempo voy a ganar mucho dinero”.
WSJ.