Así fue como entre sus primeras medidas, Trump dio órdenes para restringir la entrada de ciudadanos de siete países, mayormente musulmanes, la cual –polémicas al margen- finalmente no logró subsistir al sistema judicial de USA y ayer mismo fue reemplazada por otra.
En simultáneo, miembros del equipo de Trump terminaron investigados por contactos ilegales con Rusia durante la campaña del actual mandatario, que agrega aun más incertidumbre a esta nueva coyuntura de Estados Unidos y que hace, especialmente, que los demás países duden sobre lo que vendrá, tanto en materia política, como económica.
No obstante, ayer en una conferencia de prensa de más de una hora de duración, Trump volvió a arremeter contra la prensa y aseguró que su gobierno “está funcionando como una máquina bien aceitada”, mientras que por otro lado, aseveró que heredó “un desastre” de la gestión previa.
La reacción de los mercados
A pesar de todo, los inversores siguen entusiasmados frente a las reiteradas promesas de Trump de que en breve vendrá la esperada rebaja de impuestos y la desregulación financiera –de hecho, el viernes pasado, dijo que habría novedades al respecto en “unas dos o tres semanas”-, aunque las encuestas muestran una marcada desaprobación por parte del pueblo americano a la gestión de Trump durante sus primeros días en la Oficina Oval.
Pero no nos vayamos de tema y volvamos a Wall Street, donde las acciones viven un rally desenfrenado desde que el republicano le ganó a Hillary Clinton. La tendencia de los mercados americanos se replicó también en el resto del mundo, con un incremento de más de 8% del MSCI World, que el jueves cerró en su máximo histórico (tocó los 1.833 puntos), mientras que su par de mercados emergentes ya se mueve en su mayor nivel desde julio de 2015 (en los 941.78 puntos)
En el mismo período, el rendimiento del bono del Tesoro a 10 años pasó de 1.855% a 2.48.6%, revirtiendo su histórica tendencia a la baja.
Al parecer, el temido “proteccionismo” de Trump no estaría preocupando tanto por ahora a los inversores, al menos, según el índice de “miedo”, el VIX, el cual cayó casi 37% desde noviembre, moviéndose actualmente en niveles mínimos.
“Las políticas de Trump están agregando combustible al fuego, dado que su llegada a la Casa Blanca amplió el optimismo que había incluso antes de las elecciones de noviembre, debido al fortalecimiento de la economía estadounidense”, opina
Jonathan Golub, jefe de estrategia de RBC Capital Markets, en una entrevista con Bloomberg.
En una nota a sus clientes, el experto aseveró que el S&P 500 podría subir 10,5% en el año, sobrepasando la barrera de los 2.500 puntos, mientras que las ganancias de las empresas que cotizan en esta bolsa aumentarían 7,6%, en relación al avance de 1% del año pasado.
Para este experto, incluso, las cosas podrían andar aún mejor en 2018, cuando comiencen a concretarse sus promesas, entre ellas el gasto en infraestructura, la desregulación y el recorte de impuestos corporativos de 35% a 15%. Esto último se traduciría, según Golub, en un aumento de entre 5% y 7% en las ganancias de las empresas.
En el marco de un gravamen más liviano, se verían especialmente beneficiados los seis bancos más grandes de Estados Unidos, que según cálculos de Bloomberg, registrarían un alza promedio en su ganancia anual de 14%.
“La reforma tributaria es difícil, pero elevar o rebajar impuestos es fácil”, indicó Fred Cannon, titular de investigación de Keefe, Bruyette & Woods. “Una menor tasa de impuestos sería un beneficio para los bancos, más que para otros sectores, dado que los bancos no obtienen muchas de las deducciones que las firmas industriales o de comercio minorista obtienen y terminan pagando una tasa efectiva mayor”, detalló el analista a Bloomberg.
¿Hasta cuándo el rally?
Igualmente, pese al optimismo, hay analistas que no se fían del positivismo generalizado. “Mientras que en el corto plazo los mercados residen en el territorio de sobrecompra y son vulnerables a las rondas de toma de ganancias, el sentimiento general sigue siendo positivo”, reconoce Markus Huber, trader de la City de Londres, que sin embargo afirma que no hay razón obvia para tanto entusiasmo. “El movimiento al alza debería llegar a detenerse en el corto plazo”, afirmó.
Alberto Bernal, jefe de estrategia de XP Securities, también cuestiona los fundamentos del rally en curso. “Hemos subido demasiado rápido. Hay algo que no cierra en esta ecuación, porque en la renta fija veo una curva que se está aplanando, lo que indica que no hay demasiada expectativa de aceleración del PIB, pero al otro lado ves acciones que no paran de subir. Solo uno tiene la razón, equity o fixed income y yo me inclino por la segunda”, sostuvo.
Desde su punto de vista, la fórmula de Donald Trump para aumentar el crecimiento potencial no es especialmente elaborada, indicando que “si fuera tan fácil otros ya lo habrían hecho”. Y si bien comparte que la reforma tributaria sería una buena noticia para la economía, plantea que “habrá que tener paciencia, porque aquí alguien va a pagar, o va a haber más déficit o pagarán los consumidores. No hay una fórmula mágica”, agregó.
Pero los estadounidenses no quieren a Trump
Como decíamos al inicio de la nota, la otra cara de la gestión de Trump es su baja aprobación entre los ciudadanos. Sin ir más lejos, de acuerdo a datos del Pew Research Center, el rechazo al actual mandatario alcanza 56% durante febrero, una cifra muy por encima del 17%, 21% y 25% que exhibían Barack Obama, George W. Bush y Bill Clinton, respectivamente, cuando recién llegaron a la Casa Blanca.
En el mismo periodo, su aprobación se limita a 39%, mientras que entre sus cinco antecesores no caía del 56%, algo que tal vez podría haber tenido que ver con la marcha atrás que dio con los inmigrantes, que comentábamos inicialmente.
La economía de México, la más castigada
Como se veía venir, desde que asumió Trump en USA, el peso mexicano perdió cerca de 4% de su valor frente al dólar, que se suma a la caída de 10% desde el día de las elecciones, el 8 de noviembre de 2016.
Consecuentemente, además, las promesas del republicano de construir un muro entre ambos países, a costa de imponer un “gran impuesto fronterizo” llevaron a varias empresas a repensar sus inversiones en el país. A su vez, la renegociación del North American Free Trade Agreement (NAFTA) puso en riesgo las 80% de las exportaciones mexicanas destinadas a su vecino del norte.
Si bien es de público conocimiento las rispideces entre los presidentes de ambos países y tras algunos polémicos sendos anuncios vía Twitter, los mandatarios aun no se reunieron.