La campaña de las elecciones parlamentarias que Reino Unido celebrará el próximo 8 de junio fue suspendida, en señal de duelo por el atentado de anoche en Manchester, que se ha cobrado al menos 22 vidas y ha dejado 59 heridos.
Pese a ese receso, comentaristas políticos y analistas financieros han empezado a preguntarse de manera discreta si este grave suceso puede afectar al resultado de los comicios.
Tres factores hacen que varios de esos expertos consideren que, de producirse algún efecto en los votantes, beneficiará a la primera ministra conservadora Theresa May.
La primera razón es que el atentado puede amplificar el insistente mensaje de May de que Reino Unido necesita un liderazgo “fuerte y estable”, frente a la supuesta falta de carisma del candidato laborista, Jeremy Corbyn. Aunque ella aplica el mensaje principalmente a la negociación del Brexit (salida de la Unión Europa), el atentado puede extender esa idea a otros ámbitos como la seguridad del país.
El segundo motivo es el propio contenido de los programas electorales. El de los conservadores insiste en recortar drásticamente la inmigración (cuestión que algunos ligan al riesgo de atentados islamistas) y en renovar la flota de submarinos nucleares. El de los laboristas es más abierto a la inmigración y Corbyn nunca ha sido un gran fan de invertir en armas nucleares. Además, en los últimos días, la prensa conservadora se ha esforzado por presentar a Corbyn como alguien dispuesto a negociar y dar concesiones a los terroristas, recordando sus opiniones sobre el IRA irlandés.
El tercer potencial beneficio para May es que el atentado corta una campaña que se le había puesto complicada. La primera ministra quería centrarla en el Brexit, pero la inclusión en su programa de medidas para elevar el coste para las familias del cuidado a los ancianos había dado la iniciativa a los laboristas, que tildaban la propuesta como un “impuesto a la demencia”. La ventaja que los sondeos daban a May se ha reducido de los casi 20 puntos de hace unas semanas a menos de 10, obligando a que la primera ministra dé marcha atrás en su propuesta electoral.
Garantizar la seguridad
No toda la resaca del atentado puede ser favorable para May. Algunos podrían cuestionar la capacidad de su Gobierno para garantizar la seguridad, ya que hace dos meses se produjo otro ataque en Londres. Antes de ser primera ministra, May fue la responsable de Interior en el Gobierno de David Cameron.
En cualquier caso, una característica de los británicos es la frialdad con la que asumen este tipo de situaciones. Por ejemplo, muchos pensaron que el asesinato de la diputada laborista pro-europea Jo Cox durante la campaña del referéndum del Brexit en 2016 movería a los indecisos a votar contra el divorcio con la UE. Sin embargo, este ataque apenas tuvo incidencia en el resultado final, con un 52% de los británicos apoyando el Brexit.
Expansion.com