Los papeles en el mercado de petróleo han cambiado de forma sustancial en los últimos 10 años. El desplome de los precios del crudo desde mediados de 2014 es quizá el hecho más llamativo para la mayoría de los agentes. Una de las causas de su caída ha sido el fuerte crecimiento de la industria petrolera en USA, lo que junto a otros factores rompió el gobierno autocrático que ejercía Arabia Saudita y sus aliados sobre los precios.
Este nuevo escenario está dejando la cotización del crudo en manos de las fuerzas del mercado y de los costos de producción.
Estados Unidos ha incrementado su producción de petróleo en un 80% desde 2008, mientras que Arabia Saudita lo hizo en menos de un 10%. Según datos de la agencia de estadística JODI y de la Agencia de la Energía de EE.UU., Riad pasó de producir 9,1 millones de barriles al día (mbd) hasta los cerca de 10 mbd que produce a día de hoy (recortes incluidos). Por su parte, USA producía en 2008 unos 5,1 mbd, mientras que ahora está bombeando 9,41 mbd, un incremento de 4,3 mbd de media.
Como destaca el informe “Evolución reciente y perspectivas del mercado de petróleo” publicado hoy por el Banco de España, en los últimos años se ha observado un cambio radical en la estructura del mercado de petróleo, como consecuencia de la profunda transformación experimentada por la industria petrolera en USA y la reacción estratégica de la OPEP.
“El origen de esta transformación del mercado se llama revolución del petróleo no convencional”,sostiene el documento realizado por el economista Daniel Santabárbara. Esta revolución ha surgido por la confluencia de una década de precios elevados del petróleo y del avance en las técnicas de perforación horizontal y de fracturación hidráulica, que inicialmente permitió el acceso a grandes volúmenes de gas y, posteriormente, de petróleo, atrapados en explotaciones existentes, pero cuya extracción no era viable económicamente con los métodos tradicionales, según muestra el trabajo del BdE.
No obstante, aunque este documento se centra en el auge de la industria en EE.UU. y sobre todo de la explosión de los recursos no convencionales, otros expertos como Lutz Kilian, profesor de Economía de la Universidad de Michigan, defienden que la nueva estructura del mercado es producto de una combinación de movimientos positivos por el lado de la oferta (no sólo en EE.UU. ni del fracking), y de otros negativos por el lado de la demanda (consumo), asociados una inesperada reducción de la actividad económica global, siendo estos últimos de gran relevancia.
Arabia entrega la corona a Estados Unidos
Sea cuál sea la causa más relevante, lo cierto es que el petróleo se encuentra hoy 50 dólares por debajo el barril del precio que marcaba a mediados de 2014.
La OPEP, tras finalizar con la estrategia de producción ilimitada para inundar el mercado de crudo y hundir los precios para expulsar a los productores menos competitivos, ahora está intentando retomar su rol de estabilizador de la oferta y de los precios con un resultado bastante cuestionable.
El nuevo acuerdo de la OPEP de noviembre de 2016 y otros países productores, recoge el compromiso de este conjunto de naciones, que representa aproximadamente un 50% de la oferta mundial, de recortar su producción en 1,8 mbd (1,9% de la oferta mundial) en el primer hasta marzo de 2017, con el objetivo de reconducir al mercado hacia una situación de mayor equilibrio entre la oferta y la demanda.
Sin embargo, “a pesar del elevado cumplimiento de los planes de reducción de producción, la incidencia de estos recortes en el mercado ha sido menor que en episodios anteriores en los que se han llevado a cabo decisiones similares. De hecho, los recortes de producción que tuvieron lugar durante la crisis asiática de 1998-1999 y la crisis financiera global, en 2008-2009, desempeñaron un papel central en el aumento de los precios del petróleo”.
En ese último caso, los precios subieron, anticipándose a la recuperación de la actividad, ante la fuerte creación de expectativas y la confianza del mercado en el poder de actuación del cártel. Tras el acuerdo de la OPEP de noviembre, sus precios prácticamente no han cambiado en relación con los de finales de noviembre: “Esto muestra las dificultades de la OPEP, y en particular de Arabia Saudí, para impulsar los precios al alza de manera significativa.
Un protagonismo debilitado
Así, a modo de conclusión y como ya se ha venido analizando en los últimos meses, “el papel del cartel en la determinación de precios parece haber quedado muy debilitado, en un contexto en el que, como se ha señalado, los precios estarían siendo determinados por el umbral de viabilidad económica de la producción de petróleo no convencional de Estados Unidos”, sentencia el trabajo del Banco de España.
A esto, también ha contribuido de forma relevante “la pérdida de dinamismo de la demanda mundial de crudo, debido sobre todo a la desaceleración de la actividad en las economías emergentes (especialmente China) y a las ganancias de eficiencia en las economías avanzadas”.
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