Las actas de la última reunión del comité de dirección de la Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos apuntan que el banco central comenzará a reducir su balance a partir de septiembre, aunque observa con mucha atención la evolución de la inflación.
En su última reunión del 26 de julio, la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) cumplió con lo previsto y decidió de forma unánime mantener las tasas de interés en el rango entre el 1% y el 1,25%. En el comunicado tras la celebración de la reunión, el banco central afirmaba que el mercado de trabajo en Estados Unidos siguió fortaleciéndose y que la actividad económica creció moderadamente. Además, aseguró que los aumentos de empleo fueron sólidos, en promedio, y que la tasa de desempleo disminuyó.
Ese mismo comunicado apuntó que la institución que preside Janet Yellen está lista para empezar reducir el balance de USD 4,5 billones que ha acumulado durante los años de crisis económica y financiera con el objetivo de sostener las cuentas y la inflación de Estados Unidos. El plan que apuntó la Fed en su reunión del 26 de julio es que el proceso de venta de bonos empiece “relativamente pronto”, seguramente a partir de septiembre.
El proceso de disminución del pasivo que acumula la Fed se hará de forma gradual y progresiva, con los mínimos sobresaltos para los inversores. Además, las subas de tasas también se irán adecuando al ritmo de la economía estadounidense, sobre todo en lo que respecta a inflación, desempleo y las políticas económicas que ponga en marcha la Administración de Donald Trump.
La próxima reunión del FOMC se celebrará los próximos 19 y 20 de septiembre, y aún quedarán dos citas más, a finales de octubre y a mediados de diciembre.